La batalla de los clichés. Dos películas únicas en su especie, deliberadamente llenas de defectos, pero sin duda un tributo al cine clase B. No voy a recomendarlas a todo público, ya que poseen escenas muy fuertes, incluso para un fanático de este género.
El proyecto consta de dos partes, Planet Terror y Death Proof, además de anuncios de películas ficticias como intermedio. La idea es verlas juntas, una detrás de la otra, como se hacía en los cines de clase B (llamados también grindhouses).
Grindhouse es un término que se utiliza para describir una película que no respeta los estándares tradicionales de cine (como la buena actuación o la coherencia del guion), a favor de crear un estilo más relajado, enfocado al entretenimiento. Normalmente son caracterizadas por su excesiva violencia, gore, grotesc y escenas de desnudos o sexo.
Planet Terror / Robert Rodríguez
Es una especie de remake de las películas clásicas de zombis, es cliché tras cliché. Una experiencia interesante, impredecible y llena de momentos casi inconexos. Es acción pura y constante, aunque reitero mi posición de no apta para cinéfilos casuales. Sí digo que es una experiencia única en el cine moderno, algo relajada, pero muy bien realizada, muy buena fotografía y en general entretenida.
Eso sí, no esperen una epifanía o un cambio de vida. Es solo entretenimiento.
Death Proof / Quentin Tarantino
La propuesta de Tarantino es, de hecho, lo opuesto de la de Rodríguez. La trama se desarrolla lentamente, como en una montaña rusa; se sube lentamente por una pendiente y cuando estás a más de 100 metros de altura te dejan caer al vacío, sin cinturón ni nada.
El inicio es muy denso, hay diálogos largos y cansados, con el único propósito de contrastar con el desenlace impactante, muy al estilo de las películas de los sesenta y setenta.
Si te gustan las películas de los setenta, esta es una pieza imperdible. Es más para todo público.
Ciertamente ambos directores hicieron un excelente trabajo, con estas películas, pero en lo personal prefiero inclinarme hacia Death Proof. No es que no haya disfrutado ambas partes, pero sí sentí más atención al detalle en esta, aunque es raro decirlo, porque ambas películas son tan deliberadamente malas, que son buenas.
lunes, 25 de enero de 2010
Grindhouse: Rodríguez contra Tarantino
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